lunes, 29 de abril de 2013

Tarta de chocolate y Baileys


Heaven... I'm in heaven... Esto es lo que cantaba ayer mientras me comía un trozo de esta tarta...


Aunque visto lo visto... quizá hubiese sido más adecuada la de 'I'm singing in the rain'. 

Qué os puedo decir... Es una tarta rica donde las haya, con unos bizcochos súper jugosos y un relleno y una cobertura de chocolate y Baileys que...mmmm (a falta de más palabras para definirlo). 



Eso sí, una de las mejores partes es la decoración de la tarta. Como véis, recubrí los bordes con bolitas de chocolate, y el montaje es una pasada, porque consistía en lo siguiente: una bolita de chocolate para la tarta, una bolita de chocolate para mí, dos bolitas de chocolate para la tarta, dos bolitas de chocolate para mí... y así sucesivamente. No me extraña que después no me quedase suficientes para cubrir toda la tarta. Aunque según mi hermana, mucho mejor así porque si no hubiese parecido "una bola de discoteca en vez de una tarta". 


Para el pastel en sí (pastel, tarta.. no sé cómo definirlo) usé la receta que vi en el blog de Juana, porque fue amor a primera vista. La mía está algo modificada, y la cobertura y el relleno son de invención propia. Ya sufría, porque pensé: como se me haya ido la mano con el Baileys, o bien acabamos todos bailando la conga bajo la lluvia o bien esto queda incomible. Al final, no fue ninguna de las dos opciones pero la verdad es que la primera hubiese sido muy divertida. 


Os pongo la receta tal cual la hice yo, aunque os advierto que queda una señora tarta. Vamos, lo que viene a ser una TARTA. (¡y encima es fácil de preparar y anti-bikini, como a mí me gustan!)

INGREDIENTES

Para los bizcochos: (usé dos moldes de 24 cm)
- 340 gr de harina
- 3 cucharaditas de levadura (tipo royal)
- 2 cucharaditas de bicarbonato
- 4 cucharadas de cacao en polvo (usé cacao Valor, sin azúcar)
- 220 gr de azúcar
- 340 gr de sirope de arce (o golden syrup o jarabe de azúcar)
- 280 ml de leche
- 270 ml de aceite de girasol
- 4 huevos grandes

Para la cobertura y el relleno: 
- 400 gr de chocolate para fundir (usé Nestlé postres)
- 200 ml de Baileys
- 200 ml de nata (para cocinar, 18% de mg)
- una pizca de sal

Precalentamos el horno a 160º y engrasamos dos moldes de 24 cm. 

Primero, mezclamos todos los ingredientes secos en un bol grande (harina, levadura, bicarbonato, cacao y azúcar). A continuación le añadimos el sirope de arce y la leche y batimos bien con las varillas. 

En otro bol, batimos bien los huevos con el aceite y lo vertemos en la mezcla anterior, batiendo simultáneamente hasta que quede todo bien integrado. 

Dividimos la mezcla en los dos moldes y horneamos unos 30-40 minutos (dependerá de vuestro horno; para comprobar si está hecho, el truco de pinchar con el palillo no falla). 

Una vez listo, lo sacamos del horno y dejamos enfriar y mientras tanto preparamos la cobertura. Para ello, troceamos el chocolate y lo dejamos en un recipiente grande. 

En una olla, ponemos el Baileys, la leche y la sal y calentamos (que no llegue a hervir). Cuando esté caliente, lo vertemos sobre el chocolate y movemos contundentemente hasta que esté todo integrado y nos quede una cobertura cremosa. Dejamos templar un pelín. 

Para el montaje de la tarta se hace lo siguiente: cogemos uno de los bizcochos (dios, es que estaba jugoso jugoso) y raspamos con un tenedor la parte de arriba. Le ponemos un poco de la mezcla de chocolate y Baileys y tapamos con el otro bizcocho. Entonces vertemos por encima lo que queda de la cobertura, procurando que quede todo bien cubierto (valga la redundancia).


Finalmente, nos ponemos una buena música y procedemos al montaje de una bolita de chocolate para la tarta, una bolita de chocolate para mí. Vamos pegando las bolitas una a una hasta recubrir todo el borde, y listos! Procurad hacerlo mientras la cobertura aún no se ha enfriado, porque si no, no se pegarán. 


Y ya! :D Si después queréis espolvorearlo con un poco de cacao, esperad mejor a que la tarta esté fría. 

El siguiente paso es degustarlo, aunque apuesto que para eso no hacen falta indicaciones! Buah, es que es sólo recordar el ruidito que hacía el cuchillo al cortar la tarta, o el regustito de Baileys o las seis horas que tardé en hacer la digestión... y se me dibuja una sonrisa en la cara (bueno, menos por la parte de la digestión, lo admito, pero es que me comí un cuarto de tarta casi)


¿Qué os parece? ¿Os gusta? ¿Sí? ¿Sí? Jajaja, hacedme caso, no hay mejor manera de empezar la semana! Si lo probáis ya me contaréis! 


Mil besos a todos y dos mil gracias por estar ahí! Cada día somos más y eso me hace sumamente feliz!

Laura

lunes, 22 de abril de 2013

Cheesecake de vainilla con caramelo

Voy a hacer una nueva versión de la peli 'Los lunes al sol'. Se va a llamar: 'Los lunes al sol con un trozo de cheesecake de vainilla'. ¡Supera con creces la primera!


Los fines de semana son los dos únicos días que tengo para cocinar... y el lunes a las 8'45 de la mañana ya estoy mirando libros, blogs y dándole al coco para pensar qué puedo cocinar. El hecho que trabaje en una revista de cocina no ayuda nada a quitarme de la cabeza los pasteles, galletas, pizzas, bizcochos y toooodo lo que quiero hacer. Tengo un word de unas 25 páginas con recetas pendientes, y calculando que voy a una o dos recetas por finde... calculo que a los treintaypico habré acabado de hacerlas todas! (eso sin contar los libros y sin contar que cada día añado por lo menos 4 o 5 recetas!!!)


La tarta de queso que os traigo hoy está muuuuy buena! Tiene sabor a queso y un regustito a vainilla muy rico, que no había probado aún en ninguna tarta de queso!. Altamente recomendable. Eso sí, aquí os dejo algunas ideas que podéis tener en cuenta: 

- Mejor consumirla de un día para otro. Cuántos más días, mejor se asientan los sabores, y la disfrutaréis más. 
- Debe estar fría! (puede parecer una obviedad, pero por si las moscas)
- El caramelo por encima casa a la perfección con la vainilla y la base, pero si lo queréis más ligero podéis cambiarlo por una cobertura con fresas, por ejemplo. 
- Os recomiendo una base de galletas finita, porque sino, como se tiene que hornear, quedará una masa demasiado gruesa y compacta. 


La tarta la vi aquí, es una página en inglés. ¡Yo os pongo la receta traducida! Para hacer el caramelo no usé la receta original, sino que tenía un botecito de caramelo casero de sirope de arce de hace un tiempo que quería gastar. Si alguien necesita ayuda para traducir cómo se hace el caramelo de la receta original, no dudéis en pedírmelo. 


INGREDIENTES

Para la base:
- 1 paquete de galletas digestive
- Mantequilla

Para la tarta:
- 900 gr de queso crema a temperatura ambiente (usé philadelphia light)
- 4 huevos
- una vaina de vainilla
- 60 ml de leche
- media cucharadita de esencia de vainilla
- 225 gr de azúcar

Para el topping:
- 2 yogures griegos
- 2 cucharadas de azúcar
- una cucharadita y media de esencia de vainilla

Para la cobertura final:
- Caramelo

Precalentamos el horno a 170º y empezamos con la base (por eso de que no se empieza la casa por el tejado y tal). Trituramos las galletas hasta que quede polvillo y lo vamos mezclando con la mantequilla. No calculé exactamente la cantidad de mantequilla, pero tiene que quedar una mezcla parecida a la arena mojada. Forramos el molde (usé uno de 26 cm) con la mezcla y reservamos en la nevera. 

Para la tarta: ponemos la leche en un cazo pequeñito, abrimos la vaina de vainilla y raspamos las semillas de dentro, que añadiremos a la leche. También pondremos las dos mitades de la vaina que hemos raspado. Ponemos el cazo con la leche y la vainilla a calentar, pero sin que llegue a hervir. Una vez caliente, retiramos del fuego y dejamos reposar 15 minutos (como las vainas estaran más blandas, podemos rasparlas un poco más a ver si salen más semillas)

Mientras la leche se atempera, batimos el queso con el azúcar y la esencia de vainilla hasta que quede una mezcla suave. A continuación, añadimos los huevos uno por uno, batiendo suavemente antes de añadir el siguiente. 

Finalmente, incorporamos la leche (las vainas las retiramos) a la mezcla y se bate por última vez, con suavidad. Vertemos el contenido en el molde que teníamos en la nevera y horneamos unos 55 minutos, procurando no abrir el horno. Cuando la tarta se vea hecha pero aún esté temblorosa por el centro, estará lista. 

Mientras el cheesecake se hornea, preparamos el primer topping. Para ello, mezclamos bien el yogur, el azúcar y la vainilla y reservamos. 

Cuando veamos que la tarta está hecha, la sacamos del horno pero lo mantenemos encendido. Dejamos que la tarta repose 10 minutos y entonces le ponemos por encima el topping y horneamos diez minutos más, tras lo que retiraremos definitivamente el cheesecake del horno. 

Dejamos enfríar durante una hora aproximadamente y después a la nevera, para que coja cuerpo!. Yo el caramelo se lo añadí unas tres horas después de haberla puesto en el nevera, justo antes de las fotos. 


¿Qué tal? Puede parecer un poco larga, pero no es para nada difícil! No soy muy fan de las recetas hiper complicadas, aunque me gustan resultonas (pero sobretodo ricas), y esta creo que lo cumple!


Cualquier duda, ya sabéis! Yo encantadísima! 

Antes de despedirme me gustaría daros las gracias a todos los que venís por aquí, porque de verdad que me dáis el ánimo que necesito! Me alegráis la semana :D


Que tengáis feliz lunes (aunque la palabra feliz es un poco la antítesis de la palabra lunes! jajajaja)

Laura

lunes, 15 de abril de 2013

Helado de chocolate blanco

Si al mal tiempo buena cara, enonces al buen tiempo... ¿qué? Pues helados. 



Y SIN HELADERA. Y ¿sabéis qué? Salen buenísimos igualmente, así que los que no tengáis heladera no desesperéis. Ya he hecho varios healados y lo único de lo que me puedo quejar es de no haber hecho más cantidad, porque vuelan! 


Anteriormente, los había hecho de chocolate negro, pero hoy quería algo distinto. He abierto el cajón calórico (es ese cajón donde guardo las galletas, tabletas de chocolate y demás productos idóneos para la operación bikini) en busca de inspiración y he visto dos tabletas de chocolate blanco que me decían: hola guapa, te apetece que nos instalemos en tus caderas? Y les he dicho: mejor en mis caderas que en en ese cajón, venid a mí! Y nada, dicho y hecho! 



Veréis que es muy sencillito y, la verdad, es un lujazo y un placer poder hacer helado en casa y tenerlo preparado para esos domingos de sofá y peli. Manta por lo visto ya no, porque con este solete ya no pega! Me encanta este tiempo primaveral, me insufla energía! Espero que no nos venga traicionero como otros años y la semana que viene volvamos a desenterrar la manta morellana. 


Es un helado dulce, con un intenso sabor a chocolate blanco. Según mi madre "demasiado dulce"... pero sólo digo que ella se toma el café sin endulzarlo apenas, así que no le hagáis caso, que es rarita! :p Yo le añadí dos filipinos troceados que pegan muy bien y, al servirlo, le eché un poquito de caramelo encima (ya puestos... lo hacemos bien!) y le da un toque GENIAL!



Ale ale, no me enrollo más, y le dejamos el protagonismo al rico helado! Os explico cómo lo hice yo, apuntad!

INGREDIENTES

- 180 gr de chocolate blanco
- 400 ml de nata (he puesto del 35% MG)
- 75 gr de azúcar glas
- 150 ml de leche
- 125 gr de queso philadelphia (sólo tenía light, para compensar, ya sabéis) (*podéis sustituir por 1 yogur natural)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
- 2 yemas de huevo

- Dos filipinos de chocolate blanco (para añadir al helado antes de dejarlo congelar del todo).

Vertemos la nata en un cazo, añadimos el chocolate y lo ponemos a fuego medio hasta que el chocolate esté deshecho (id removiendo cada tanto). 

Mientras tanto, ponemos en un bol las yemas, el azúcar, la leche, el queso y la esencia de vainilla y batimos bien, hasta que quede una mezcla homogénea. 

Cuando el chocolate esté del todo derretido, lo retiramos del fuego y añadimos la mezcla anterior y batimos de nuevo con la batidora de varillas. Volvemos a poner el cazo al fuego y vamos removiendo unos minutos hasta que veamos que la crema espesa. Sobretodo es muy importante que NO LLEGUE A HERVIR, puesto que se podría cortar. 

Así que antes del 'chup-chup', retiramos del fuego y lo ponemos en el cazo que vayamos a utilizar para congelarlo. Según he leído, se aconseja que sea metálico, porque así congela mejor, y a ser posible que sea más ancho que alto (que así es como me he quedado yo al comérmelo). 

Dejamos que se enfríe y a continuación lo ponemos en el congelador (si tiene tapa mejor y si no, el film de toda la vida ya vale). Lo sacamos del congelador cada media hora más o menos durante unas 3 o 4 horas (hasta que congele). La última vez que lo saquemos, añadimos los extras que queramos: galletas, chocolate, mermelada... hay varias opciones.



IMPORTANTE: recomiendo sacar el helado del congelador unos 5-10 minutitos antes de degustarlo, para que coja una textura cremosa. 

¿Os animáis? Ahora ya no sirve la excusa del frío!
Qué paséis feliz semana! :) Mil gracias por estar aquí!



PD: Este helado va para ti, tú ya sabes quién eres. Por estar ahí, por apoyarme, por creer en mí, por hacerme cabrear, por hacerme reír, por 'Milky' y porque sé que te encanta el chocolate blanco. 

lunes, 8 de abril de 2013

Bollicaos caseros (o bollos de chocolate)


Las masas y yo nunca habíamos tenido buena relación. Hasta ahora. Lo único que me salía bien eran las focaccias, pero el sábado dije: "levadura, tu no me gustas y yo a ti tampoco. Pero si unimos nuestras fuerzas podremos conseguir una especie de bollicaos caseros que prometo que valdrán la pena". Y vaya si valen la pena. Están... buenísimamente espectaculares, y no lo digo yo, sino mis catadores! Y bueno, después de comerme dos, también lo digo yo, qué leches! 



Más que bollicaos, son bollos de chocolate. No son iguales que los industriales, pero son mejores por dos motivos principales. Primero, porque son caseros y, por ende, llevan muchos menos ingredientes que ni siquiera se pueden pronunciar (y esto lo digo admitiendo que en mi vida me he comido muchos!). Segundo, porque al hacerlos tu te puedes dar el lujazo de rellenarlos de lo que quieras y, lo mejor: la cantidad que quieras. 



Mis bollos los rellené de nutella. Cuando se me acabó la nutella, usé una crema de cacao del Lidl que también está muy rica. Y cuando se me acabó esa crema de cacao, hice un experimento que OS RECOMIENDO ENCARECIDAMENTE: partí en trocitos dos baritas de kinder bueno y las puse en el interior. ¿Resultado?



Con esta receta, participo en el magnífico sorteo que ha preparado Esmeralda, del blog Recelandia. Si aún no lo habéis visto, id directos! Tiene unas recetas espectaculares y ella es estupenda, no se puede pedir más!   Para las recetas dulces, pedía que el plato llevase o chocolate, o vainilla o fresa. Pues bien Esmeralda, esto lleva chocolate por doquier y un poquito de esencia de vainilla! jajaja la fresa la dejo para otro momento!

Qué, ¿os apetece uno? ¿Vamos a ello?

INGREDIENTES

- 500 gr de harina de fuerza
- 250 ml de leche
- 60 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 50 gr de azúcar
- 1 sobre y medio de levadura seca de panadería (tipo Maizena)
- 2 huevos batidos
- una pizca de sal
- una cucharadita de esencia de vainilla

- Nutella, crema de cacao, kinder buenos (y lo que se os ocurra!)

Yo lo hice así… El sábado, preparé la masa. Para ello, ponemos la harina y la sal en un bol grande y hacemos un agujero en medio, en donde echaremos la levadura, la leche, la mantequilla, los huevos, la vainilla y el azúcar. Lo mezclamos todo con una cuchara de madera y lo pasamos a una tabla espolvoreada con harina, donde procederemos al amasado.

Amasamos y amasamos y amasamos (a falta de amasadora, toca tirar de brazo) y si vemos que falta harina le echamos un poquito más. Cuando esté lista, formamos una bola y lo ponemos en un bol y dejamos levar hasta que doble o triplique el volumen. Lo dejé toda la noche y a la mañana siguiente, tenía una masa que había triplicado su volumen inicial (y yo no cabía en mí de gozo).

El siguiente paso es hacer bolitas, a mí me salieron ocho (y quedaron bollos entre grandes y enromes). No puedo deciros cuanto pesaban las bolitas porque en ese momento se me estropeó la báscula, malditas pilas.

Estiramos las bolas con un rodillo y le damos una forma más o menos rectangular. Ponemos el chocolate al gusto (yo eché mucho y en algunos bollitos se me salió a la hora de hornear pero… preferí pasarme a quedarme corta).

Una vez estén hechos los bollicaos, los disponemos en una bandeja de horno forrada con papel de hornear y dejamos levar otro rato, ya veréis como vuelven a subir.

El último paso es pintar los bollos con huevo batido y hornear unos veinte minutos a 180º. Y al cabo de ese rato, ¡tendremos estas preciosidades! ¡Y a disfrutar!


No es para nada complicado, simplemente requiere un poco más de tiempo, pero os aseguro que vale la pena. ¿Qué os paece?

Cualquier duda que tengáis, me podéis escribir a midnightchocolate.laura@gmail.com y os responderé encantadísima!

Es inevitable acabar así al comerte uno de éstos!
Qué paséis una muy muy feliz semana! :D


Laura

PD: Desde aquí le doy las gracias a una de las personas más bonitas, humildes y generosas que he conocido: Bego, de La cocina de Samira. Gracias por ayudarme a cambiar mi blog y por apoyarme en todo lo que hago. Vales un mundo!