Heaven... I'm in heaven... Esto es lo que cantaba ayer mientras me comía un trozo de esta tarta...
Aunque visto lo visto... quizá hubiese sido más adecuada la de 'I'm singing in the rain'.
Qué os puedo decir... Es una tarta rica donde las haya, con unos bizcochos súper jugosos y un relleno y una cobertura de chocolate y Baileys que...mmmm (a falta de más palabras para definirlo).
Eso sí, una de las mejores partes es la decoración de la tarta. Como véis, recubrí los bordes con bolitas de chocolate, y el montaje es una pasada, porque consistía en lo siguiente: una bolita de chocolate para la tarta, una bolita de chocolate para mí, dos bolitas de chocolate para la tarta, dos bolitas de chocolate para mí... y así sucesivamente. No me extraña que después no me quedase suficientes para cubrir toda la tarta. Aunque según mi hermana, mucho mejor así porque si no hubiese parecido "una bola de discoteca en vez de una tarta".
Para el pastel en sí (pastel, tarta.. no sé cómo definirlo) usé la receta que vi en el blog de Juana, porque fue amor a primera vista. La mía está algo modificada, y la cobertura y el relleno son de invención propia. Ya sufría, porque pensé: como se me haya ido la mano con el Baileys, o bien acabamos todos bailando la conga bajo la lluvia o bien esto queda incomible. Al final, no fue ninguna de las dos opciones pero la verdad es que la primera hubiese sido muy divertida.
Os pongo la receta tal cual la hice yo, aunque os advierto que queda una señora tarta. Vamos, lo que viene a ser una TARTA. (¡y encima es fácil de preparar y anti-bikini, como a mí me gustan!)
INGREDIENTES
Para los bizcochos: (usé dos moldes de 24 cm)
- 340 gr de harina
- 3 cucharaditas de levadura (tipo royal)
- 2 cucharaditas de bicarbonato
- 4 cucharadas de cacao en polvo (usé cacao Valor, sin azúcar)
- 220 gr de azúcar
- 340 gr de sirope de arce (o golden syrup o jarabe de azúcar)
- 280 ml de leche
- 270 ml de aceite de girasol
- 4 huevos grandes
Para la cobertura y el relleno:
- 400 gr de chocolate para fundir (usé Nestlé postres)
- 200 ml de Baileys
- 200 ml de nata (para cocinar, 18% de mg)
- una pizca de sal
Precalentamos el horno a 160º y engrasamos dos moldes de 24 cm.
Primero, mezclamos todos los ingredientes secos en un bol grande (harina, levadura, bicarbonato, cacao y azúcar). A continuación le añadimos el sirope de arce y la leche y batimos bien con las varillas.
En otro bol, batimos bien los huevos con el aceite y lo vertemos en la mezcla anterior, batiendo simultáneamente hasta que quede todo bien integrado.
Dividimos la mezcla en los dos moldes y horneamos unos 30-40 minutos (dependerá de vuestro horno; para comprobar si está hecho, el truco de pinchar con el palillo no falla).
Una vez listo, lo sacamos del horno y dejamos enfriar y mientras tanto preparamos la cobertura. Para ello, troceamos el chocolate y lo dejamos en un recipiente grande.
En una olla, ponemos el Baileys, la leche y la sal y calentamos (que no llegue a hervir). Cuando esté caliente, lo vertemos sobre el chocolate y movemos contundentemente hasta que esté todo integrado y nos quede una cobertura cremosa. Dejamos templar un pelín.
Para el montaje de la tarta se hace lo siguiente: cogemos uno de los bizcochos (dios, es que estaba jugoso jugoso) y raspamos con un tenedor la parte de arriba. Le ponemos un poco de la mezcla de chocolate y Baileys y tapamos con el otro bizcocho. Entonces vertemos por encima lo que queda de la cobertura, procurando que quede todo bien cubierto (valga la redundancia).
Finalmente, nos ponemos una buena música y procedemos al montaje de una bolita de chocolate para la tarta, una bolita de chocolate para mí. Vamos pegando las bolitas una a una hasta recubrir todo el borde, y listos! Procurad hacerlo mientras la cobertura aún no se ha enfriado, porque si no, no se pegarán.
Y ya! :D Si después queréis espolvorearlo con un poco de cacao, esperad mejor a que la tarta esté fría.
El siguiente paso es degustarlo, aunque apuesto que para eso no hacen falta indicaciones! Buah, es que es sólo recordar el ruidito que hacía el cuchillo al cortar la tarta, o el regustito de Baileys o las seis horas que tardé en hacer la digestión... y se me dibuja una sonrisa en la cara (bueno, menos por la parte de la digestión, lo admito, pero es que me comí un cuarto de tarta casi)
¿Qué os parece? ¿Os gusta? ¿Sí? ¿Sí? Jajaja, hacedme caso, no hay mejor manera de empezar la semana! Si lo probáis ya me contaréis!
Mil besos a todos y dos mil gracias por estar ahí! Cada día somos más y eso me hace sumamente feliz!
Laura